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Crónica de SILA 2015 en LaRepúblicaCulturla. es

Literatura frente a la opresión, en el SILA 2015

 La cultura africana quiere sobrevivir



Salón Internacional del Libro Africano (SILA) 2015
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Salón Internacional del Libro Africano (SILA) 2015
El escritor Jorge Majfud en el acto inaugural. Foto: Julio Castro.
Salón Internacional del Libro Africano (SILA) 2015
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Julio Castro – La República Cultural.es




















Hace unos años, una amiga, escritora, periodista y compañera de la revista que desde 2007 hago como que sé dirigir, me habló de unos encuentros sobre literatura Africana en los que había participado en Tenerife. Se trataba delSalón Internacional del Libro Africano (SILA), que continúa su andadura por aquellas tierras de la Macaronesia africana.
Ya entonces me pareció una iniciativa muy interesante, necesaria y generosa, en el sentido de ofrecerse a dar viabilidad y voz a tanta gente, tantas voces ocultas en nuestro aparentemente civilizado y sabio Primer Mundo. Gracias a esta amiga, Inma Luna, y a la editorial Baile del Sol, pude conocer la literatura de Jorge Majfud, de cuya obra he recorrido ya varios títulos, o el Graceland de Chris Abani.
A la apertura del SILA 2015
Dicen algunos que Jorge Majfud, en sus relatos y novelas, se ocupa de hablar de la violencia. Yo veo que, en realidad, refleja una sociedad más o menos enferma en la que la solidaridad, o bien se ha olvidado y apartado de nuestro menú, o bien se ha enrarecido notablemente en nuestro entorno. Entre tanto, en otros lugares, esa solidaridad se ha convertido en la única vía para la supervivencia colectiva, y ahí, es donde encuentro el espejo social de Jorge, entre uno y otro punto, de manera que podamos tratar de completar el recorrido necesario.
Hoy, que miramos con indiferencia los muros que crecen en nuestros países, mientras en los otros crecen los muertos, los sometidos y los explotados, Jorge Majfud nos habla de desiertos inexpugnables al norte de México o al sur de EE.UU., que cada día tratan de cruzar auténticos héroes el Sur. Europa cuenta con sus propios desiertos, que se llaman indiferencia y xenofobia, construidos con egoísmo e ignorancia. Dice mi amigo el ilustrador y dibujante Enrique Flores que estas dos cosas se curan leyendo y viajando.
Y por eso tiene sentido el SILA, para que la literatura permita que el viaje sea efectivo, para que las voces escritas y tapadas puedan traspasar también esas fronteras, y decir que en el Sur también se escribe.
El primer libro que leí de Jorge Majfud (Perdona nuestros pecados), me ha llevado a otros como Crisis y Algo salió mal (ahora está en la lista de pendientes La ciudad de la luna y algún otro). Este año me propusieron asistir al SILA, por una parte para participar en la presentación a cargo precisamente de este autor uruguayo, pero también para integrarme en el encuentro sobre Revistas culturales: realidades y perspectivas, que moderó Jorge Portland, y en la que compartimos un rato de charla José María Barandiarán (de la revista bilbaína Trama y Texturas) y Paula Corroto (que colabora en diversos medios).
La propia presentación de Majfud es contundente, porque aunque no sienta respuestas, sino dudas y preguntas. Expone las realidades sobre la cultura, de manera que está preguntando a sus oyentes de qué manera atajar las cuestiones que nos interesan. En esto es muy significativo, porque, también emigrante Sur-Norte, su literatura expone realidades que en sus relatos se transforman en la posibilidad de ser o de cambiar, ya que para el resto del camino ya estará cada lector, para dar el siguiente paso de aquello que ha de reflejar la literatura.
Aquí, entre otras cuestiones, evoca directa o indirectamente, la necesidad de lo que denomina una “cultura radical”, frente al concepto de “cultura del entretenimiento”. El primero, en referencia a un término ya utilizado para la identidad desde la conciencia de clase en el siglo XIX, propone basarse en una cultura que va a la raíz, que supone la base de todo, y que no sobrevuela cualquier cosa sin profundizar en las motivaciones o en su construcción. El segundo término es el equivalente a lo que en nuestro entorno cultural se ha convertido en la “cultura del ocio”, donde la calidad no importa, pero menos importan los contenidos, sino que es un elemento de “usar y tirar”.
El arranque de la primera jornada no podía ser mejor, planteando las posturas enfrentadas de una sociedad que se progresivamente se vacía de contenidos de su propia cultura, y que se aleja de cualquier otro desarrollo cultural diferente, frente a las propuestas de la economía de los mercados, que quieren lograr una cultura plana y ajena a la propia sociedad, que integre los espacios de no ocupación laboral con el mero entretenimiento. Serán temas a debatir a lo largo del tiempo, mientras en otros espacios del SILA se exploran problemáticas concretas que alcanzan a l@s creador@s y a la sociedad en su conjunto.
Interesante recomendación para tod@s
La cuestión es que piensas que irás a un par de intervenciones (las tuyas y alguna otra), para acabar cayendo prácticamente en ese encierro de encontrar gente, compartir o disentir de ideas, descubrir mundos y ser plenamente consciente de lo que ya sabías: que te engañaron vilmente sobre un continente entero, al igual que con el resto del mundo.
Es una lástima la asistencia minoritaria con que cuentan buena parte de las jornadas (abiertas al público, aunque sean recomendadas para autor@s y editor@s), pero esto no merma calidad a los contenidos, ni tampoco nivel a quienes participan. Tengamos en cuenta que autores como Majfud recorren medio mundo (dos continentes) para estar cuatro días, y eso no ocurre de continuo, pero es que hay autor@s african@s que tampoco tienen nada fácil estar allí.
Habrá que buscar la manera de llegar a mucha más gente interesada en las siguientes convocatorias, porque no estamos para que se pasen ideas como esta sin que haya respuestas. Pero me consta que ya sobrevuelan ideas nuevas para la siguiente edición.
Los principales temas en el argumento literario 2015
Los espacios literarios han contado este año, en buena medida, con dos líneas principales, casi inevitables si se quiere ser honesto con la literatura y sus problemas en África: las mujeres y la opresión. Ambas cuestiones estuvieron presentes continuamente en los debates, y no encuentro manera de soslayarlo. Por una parte, debido a la cuestión de la discriminación de las escritoras, que sufren los tres niveles posibles: el de género, el de raza y el de la dedicación a la cultura, un cóctel que es casi inimaginable, y que supone una sorpresa al imaginar de qué manera tres africanas como la guineana Remei Sipi, la senegalesa Ken Bugul y la togolesa Hortense Yawa Djomeda, pudieron en su momento dedicarse a las letras. Tengamos en cuenta que las dos primeras superan los 60 años de edad, para tener una idea del momento en que pasan por el proceso educativo.
El encuentro desarrollado en este SILA 2015 con el trío de autoras, pone de relieve, no sólo las dificultades vividas por ellas, sino la evidencia de una práctica imposibilidad de que una mujer pueda ser escritora en el continente. Resultado de su salida hacia Europa es el único motivo que les permitió, con el tiempo, descubrir su vocación literaria, lo cual no las aísla de sus raíces africanas, ni de sus respectivos países, sino que les hace hundirse más en su tierra y reivindicar lo que no encuentran ni allí ni, mucho menos, aquí.
De esta manera, la charla que modera Paula Corroto, rápidamente deriva a su recorrido personal y a la visión de la mujer en ambos continentes. Dice Ken Bugul que “hay mucha más violencia en Europa y América sobre las mujesres que en África”, para lo cual pone el ejemplo propio de cinco años de convivencia con un “burgeois” frances, aguantando opresión, convenciones y violencia, que le hace volverse a su África de la que salió por las condiciones existentes y para poder estudiar.
Hortense Yawa Djomeda apunta hacia problemas actuales que se superponen a los anteriores: “sin educación no hay mujer, no hay pensamiento crítico”, y habla de religiones que avanzan implacables en África, como la iglesia del despertar que “tiene a las mujeres todo el día rezando por su salvación para que no piensen”, y asegura que ese crecimiento está en connivencia con los poderes políticos, que permiten cualquier cosa a su conveniencia.
Por su parte, Remei Sipi, que sigue activa moviendo y apoyando a la gente entre su Barcelona de asentamiento y el pueblo natal de Rebola, en Guinea, señala el camino “hay que empezar a formar y dejar que la gente se forme: en mi pueblo de Guinea no se permite” dice, antes de explicar cómo se ha cerrado un centro de actividad social y para la formación, “porque los jóvenes podían ser agitadores de conciencias”.
Otras formas de represión sobre el pueblo africano
Pero las mujeres, aún habiendo alcanzado una mayor popularidad en la temática de este año, llegaron a las sesiones de la segunda jornada con ese debate. Entre tanto, conflictos como el de Guinea recalaron especialmente en la primera jornada, coincidiendo con la entrega aDonato Ndongo Bidyogo del premio Festival 3 Orillas, en reconocimiento a su trabajo literario.
Donato, con el que también tuve la ocasión de compartir el almuerzo del primer día, lleva exiliado de su país la mayor parte de su vida. Su educación ha sido principalmente en el extranjero, ya sea en España o en otros lugares, pero también ha trabajado de profesor en universidades de Estados Unidos.
Su vida, más allá de las publicaciones literarias, que en su mayor parte tienen siempre presente el referente de su país oprimido, ha venido marcado por la lucha y la reivindicación. En uno de los encuentros aprovechó para narrar diferentes situaciones que se vienen repitiendo en el marco de la política internacional, de apoyo al dictador para beneficiarse de la extracción de los recursos naturales de Guinea, como es el petróleo. Es preciso conocer las enormes diferencias económicas de la sociedad guineana, donde el miedo no es el único factor del poder, sino que la economía casi inexistente salvo para una muy reducida minoría del entorno familiar o de amigos de los Obiang, no llega más allá.
Pero en otros artículos aprovecharemos para ver más detalles de las sucesivas jornadas, con muy variados aspectos (publicaciones electrónicas, bibliotecas, países oprimidos y en lucha, algún documental, y un tema de actualidad candente, como es el de Burkina Faso, a través del magnicidio de Thomas Sankara en el año 1987), y también aparecerán entrevistas y otros documentos gráficos.

http://www.larepublicacultural.es/article10514.html

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