¿Con
qué calificativos definiría al cine africano actual?
¿Existen
diferencias sustanciales según los países en los que se produzca?
La dependencia de
subsidios occidentales ha creado una cierta homogeneidad en las producciones
africanas que se hacen con ellos. Este fenómeno, fue denominado por algunos
"cine de festivalidad". Sin embargo, esto se repite en buena medida
en todo tipo de películas internacionales realizadas para proyectarse
prioritariamente en el circuito de festivales.
En la actualidad,
sobresalen en el continente Marruecos y Sudáfrica, cuyos gobiernos y empresas
privadas son conscientes del poder del cine. Por ello, han creado
infraestructuras, establecido ayudas a la producción e implementado políticas
activas de promoción (festivales de talla internacional, coproducciones, etc.)
Caso único es el
fenómeno del vídeo nigeriano (Nollywood), una industria autóctona surgida de un
momento de crisis extremo en el país en los años 90 y que hoy se sitúa entre
las tres industrias más potentes a nivel global junto a Hollywood y Bollywood.
Basada en peculiaridades únicas Nigeria, está siendo tomada como modelo en
otros países africanos y en la diáspora por responder a las expectativas del
espectador africano y crear un cine de entretenimiento para el público
africano.
En los últimos
años, la diversidad de las películas realizadas por directores y directoras
africanas es tal, que resulta limitador establecer líneas temáticas
preferentes. Sin embargo, durante años, el fenómeno de la emigración, la
recuperación de la historia precolonial y la colonial desde el punto de vista
de los colonizados, el papel de la mujer en la sociedad, el valor esencial de
la música y de otras manifestaciones artísticas en la vida africana, la
denuncia de las élites corruptas y de la connivencia con los poderes
internacionales, la revalorización de las tradiciones locales o el encuentro
con occidente, fueron temas habituales en las películas africanas. En la
actualidad, la mirada hacia el futuro, la creatividad de la juventud
(mayoritaria en África), la crítica político-social, el análisis de las
relaciones hombre-mujer y el ansia por mostrar la diversidad del continente se
unen a los anteriores. Sin embargo, quiero reiterar que no hay líneas temáticas
únicas y si algo une a los directores y directoras africanas es su capacidad de
sorprendernos con películas variadísimas e inclasificables.
¿Cómo
ha sido la evolución del cine en África?
Por la enorme
diversidad entre países, autores y películas, en este espacio resulta imposible
establecer una cronología sencilla sobre la evolución de los cines africanos.
De hacerlo, caeríamos en la trampa que lleva habitualmente a pensar que un
continente tan variado y complejo como el africano puede ser resumido en un
párrafo.
¿Qué
papel juegan las mujeres en la industria cinematográfica africana?
¿Existen
marcadas diferencias en la recepción de este cine en Estados Unidos y España?
En España,
gracias al establecimiento en las últimas décadas de hombres y mujeres
africanos en suelo español y a la labor de difusión realizada durante más de
diez años por el Festival de cine africano de Córdoba (FCAT), programadores
independientes y otras instituciones con preeminencia de ONG's, la presencia de
los cines africanos está en ascenso en salas especializadas o a través de
ciclos puntuales.
El hecho
histórico de la nominación de la película Timbuktú
de Abderrahmane Sissako los premios Óscars en su última edición, así como su
victoria en los César galos y en Cannes (entre otros), se ha convertido en el
último detonante de una pasión global por los cines africanos que esperemos
continúe. Tenemos que aprovechar la atención actual de la prensa, el público y
las instituciones hacia estos cines para darlos a conocer en toda su diversidad
y crear un público interesado en el tiempo.
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